Manifesto

Vivimos en una época de múltiples crisis devastadoras y desafíos: ¿podríamos unirnos para encontrar una manera de reevaluar el rumbo?

Como humanidad, podemos reconocer que hemos impactado seriamente a nuestro planeta, y el nivel de violencia que ahora presenciamos es difícil de soportar. Hemos estado pretendiendo vivir según los estándares de "normalidad" de hoy, aunque está claro que no son ni naturales ni saludables.

En lo más profundo, solo queremos ser amados, escuchados, vistos, respetados y tener la oportunidad de vivir con dignidad.

Necesitamos conexión—quizás incluso estamos hambrientos de ella. Nuestro mundo y su red interconectada de vida claman por ayuda de innumerables maneras, incluso si muchas personas eligen no escucharlo. Algunos intentan aparentar tranquilidad, actuando como si estuviéramos bien por nuestra cuenta.

Aunque compartimos necesidades comunes, es esencial reconocer que los sistemas de opresión que enfrentamos no afectan a todos por igual.
Las barreras y los desafíos varían enormemente, influenciados por nuestras historias e identidades únicas.

Entonces, ¿qué necesitamos hacer para bajar nuestras defensas y aceptarnos tal como somos?
¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar?

Podemos abrazar nuestra belleza, nuestra vulnerabilidad, nuestras sombras y nuestro ser perfectamente imperfecto.
Somos seres divinos y maravillosos por naturaleza—somos naturaleza. Somos humanos, tejidos en el tejido mismo de la naturaleza.

La vida fluye y prospera a través de la conexión, y finalmente nos ofrece opciones.
Nuestros cuerpos, nuestra tecnología incorporada, son increíblemente poderosos, pero a veces tenemos miedo de nuestro propio potencial.

Podemos realizarnos plenamente, sanar, despertar y redefinir las creencias bajo las que hemos estado viviendo. En lo más profundo, sentimos y sabemos lo que se necesita. Tal vez incluso lo anhelamos. Necesitamos re-alinearnos con la Vida misma.

Esto requiere pausar, escuchar y prestar atención a lo que resuena dentro de nosotros, a lo que nos llama hacia adelante.
Eso es lo que necesitamos.

Podemos comprometernos a profundizar, estar dispuestos a cambiar y mantener el corazón abierto.
Necesitamos reconocer nuestros miedos sin permitir que dirijan nuestras vidas. La vida es tuya para vivirla.

Elige vivir en amor, no en miedo; con valor, no escondiendo tus sombras.
Esto es posible si nos escuchamos profundamente unos a otros.

Estamos todos aquí, cada uno en su propio camino, pero compartiendo la experiencia humana.
Estamos en esto juntos.
Todos somos igualmente humanos y, al mismo tiempo, únicos en nuestra diferencia.